Juan Carlos Baumgartner y la revolución del diseño

Juan Carlos Baumgartner es uno de los principales arquitectos mexicanos y un feroz creyente de que los espacios de trabajo son mucho más que mesas y sillas de mobiliario. Desde hace años investiga, busca y explora la manera de crear espacios cuyo único objetivo es poner en el centro a las personas, una arquitectura al servicio del usuario y donde la felicidad toma una papel prioritario. En colaboración con la Universidad de Harvard y su rama científica sobre Ciencias de la Felicidad, este arquitecto desarrolla proyectos de arquitectura corporativa y sostenible desde su estudio Space. En los últimos años, han diseñado las oficinas de firmas tan reconocidas como Red Bul, Nokia, Google, American Express o Santillana.

Aprovechando su visita a Feria Hábitat Valencia como ponente invitado en  nude generation,      Actiu   quiso  hablar con él y profundizar en su teoría sobre la felicidad en los puestos de trabajo que tan bien conecta con el “Cool Working” de esta empresa.

Juan Carlos es un arquitecto especial y visionario, una persona muy interesante, su charla en nude fue una de las más potentes de las última ediciones ,  con permiso de Actiu reproducimos hoy  parte de la entrevista  que le hizo María Lapiedra.

Hemos seleccionado la parte que nos parece más vinculada a los nuevos creativos y desde nude os invitamos a la reflexión ya que , según explica Juan Carlos,  todo apunta a que el futuro de la humanidad está en manos de los diseñadores y arquitectos.

Crear emociones a partir de los espacios. Es un argumento muy de moda pero que poca gente llega a aplicar con conocimiento. Vosotros comenzasteis con esta tendencia hace ya varios años. ¿Cómo llegasteis a la conclusión de que era el futuro?
A partir de los años ochenta algunos expertos se dieron cuenta de que en el futuro la gente no iba a consumir objetos y servicios sin más, sino que se preocuparían por consumir experiencias. Esta teoría tiene una sólida base antropológica: hace apenas 200 años la expectativa de vida del ser humano comenzó a ser alta. Pero antes, como mucho, vivían 30 años… algo similar a lo que sucede en países como Sierra Leona hoy en día. Cuando vives 30 años tus preocupaciones son muy básicas: comer, procrear y esperar a morir. Es en esos momentos cuando los objetos eran fundamentales para sobrevivir. Pero con mayor esperanza de vida, la gente empieza a cuestionarse a qué ha venido al mundo, cuál es el sentido de su vida… y entonces es cuando se dan cuenta de que las cosas importantes, las que realmente nos llenan, no tienen nada que ver con los objetos materiales. Esto tan básico y fundamental desde el punto de vista antropológico se ha permeado a prácticamente todo. Nosotros estamos en esa búsqueda de cómo el objeto deja de ser objeto y se vuelve un componente fundamental en la creación de experiencias, que son las que realmente dan sentido a la vida.
¿Crees entonces que estamos en una vuelta a los orígenes? ¿Que el capitalismo y el consumo masivo han saturado tanto a las personas con mensajes sobre el objeto que hemos perdido la experiencia adherida a él?
Yo creo que estamos en el vértice de una revolución y que va a ser una revolución del diseño. Estoy convencido que en el futuro todas las organizaciones van a ser organizaciones que van a vender diseño. Diseño hecho coches, diseño hecho computadoras, teléfonos o muebles. Las organizaciones van a estar ligadas alrededor del diseño y no solo eso, lideradas en torno a una filosofía de diseño. Incluso las Instituciones públicas acabarán haciendo políticas con una visión centrada en el diseño. Ya no será únicamente una disciplina centrada en los objetos o en la comunicación gráfica, va a traspasar a todos los campos y comenzaremos a ver países que hacen política con diseño.

¿Crees que ya hay países, como puedan ser los nórdicos, que están más centrados en el diseño y que los resultados son más positivos en comparación a otros que desconocen su poder?
En los países nórdicos, por ejemplo, los sistemas educativos que tienen son sistemas educativos construidos alrededor del concepto de diseño, pero entendiendo que el diseño no es el objeto y el espacio, sino una forma de ver el mundo, de cómo podría ser y no solo cómo es. Esto te abre un sinfín de posibilidades que antes no tenías. Por ejemplo: estoy seguro de que el diseño es la solución a la eliminación de la pobreza en el mundo. No nos engañemos: ningún país va a llevar el agua potable a África ni va a erradicar el hambre. Seguramente lo hará un diseñador. Hay cosas que los sistemas no están capacitados para hacer, pero que mediante el diseño, se pueden abordar.

agoraguay            Juan Carlos Baumgartner en Agora nude 2016

 

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